Y ¿qué queréis que os diga? Llevo unos días dándole vueltas a la frase. ¿Qué es lo que transmiten nuestros rostros? Cuando nos despistamos y nos quitamos la sonrisa profident que dedicamos a las visitas ¿qué gesto se nos queda? Ojalá sea la cara de serena pero desbordante alegría de quienes han encontrado un tesoro en su vida (Mt 13,44-45); O el gesto de comprensión de quien sabe que en todo y en todos reina la ambigüedad porque el trigo y la cizaña se han empeñado en crecer juntos (Mt 13,24-30); o el rostro confiado de quien se sabe en la Buenas Manos de aquél que cuida de los pájaros o los lirios (Mt 6,25-26)…
Y a ti ¿qué cara te gustaría tener?