viernes, 29 marzo, 2024

Número de VR de Octubre

Toda la Iglesia está convocada a un Sínodo que pretende aportar luz y novedad en un valor de siempre: la evangelización. Previamente, hemos asistido, por una parte a la reflexión que ofrecen Los Lineamenta y el Instrumentum Laboris del mismo, y por otro, la infinidad de conferencias y textos de estudio que sobre el particular están naciendo en los cinco continentes, seguro que concluimos que como texto, es suficiente.
Un sínodo, sin embargo, es un acontecimiento del Espíritu, un tiempo suficientemente extenso y con la participación plural y multicultural de las distintas formas de vida que conviven en la Iglesia y por eso ofrecerá acentos y líneas; tono y fondo para la andadura de encuentro que el Evangelio y el siglo XXI necesitan.
Muy probablemente volveremos a oír insistencias sobre la necesaria pluralidad armonizada con el diálogo; se refrescarán nuestras formas con la aparición de nuevos escenarios de evangelización que se erigen no donde habitualmente los ofrecemos, sino donde la humanidad ge-nera y cuestiona la vida; se subrayarán algunos lugares teológicos que devuelvan al ser humano a la conciencia de creado para encontrarse, independientemente de su lugar de nacimiento o cultura, como creaturas queridas por un Padre que vela por su pueblo. Sin duda alguna, se abrazará la debilidad como camino del Reino y como argumento de la comunidad, situando así el acompañamiento y la personalización de la fe como los estilos de misión para esta era. Se indicará, sin miedo, que algunas formas que mantenemos no sirven para nuestro mundo, porque no se entienden, y nuestra razón de ser es acercar el mensaje de sanación del Señor Jesús. Se desvelarán nuevos estilos, nuevos medios, algunas posibilidades que nos acerquen a esta realidad querida por Dios, que es el mundo, pero de la que nos hemos distanciado… porque el paso del tiempo no es inocuo.
Estoy seguro que no va a ser un Sínodo más. Muchas personas con conciencia de responsabilidad y fidelidad así lo quieren. Lo expresan en privado y lo ofrecen en público. Hay testigos del evangelio que viven, como Pablo, el impulso a entregarse y gastarse por la causa. Experimentan en primera persona aquel: “Ay, de mí si no evangelizara…”, pero además en esta hora, se interpelan con las palabras del Señor…: “con qué lo compararemos”, para hacer posible la adhesión en cada sitio, en cada cultura de esta “aldea global” que es el mundo.
Necesariamente hay que asumir el riesgo de estar presentes en procesos difíciles, ambiguos y no religiosos; habrá que despojarse de historia sabida, porque se trata de hacer posible la “Buena Noticia” a quien no tiene historia; habrá que romperse la cabeza y el corazón para entender los caminos de Dios, que no suelen ser de mucho cálculo, con propuestas más creativas y accesibles; habrá, cómo no, que demostrar con la propia vida que el Evangelio es libertad, agilidad e itinerancia.
Este Sínodo, recogerá, sin duda, lo que una parcela de Iglesia lleva haciendo tiempo: vivir la fe en donación diaria desde la fraternidad. El Sínodo de la Nueva Evangelización, es, por supuesto, un reconocimiento a la vida religiosa, porque ha hecho y hace llegar el evangelio a todos los idiomas; mantiene viva la llama de la esperanza desde la debilidad; hace camino con los pueblos en sus angustias y esperanzas; vive en propia carne la agilidad de ser ciudadanos del mundo; se cuestiona con todos los signos de poder que rompen la fraternidad; ofrece espacios de libertad a cada persona para que encuentre su sitio. Es una forma de seguimiento antigua y nueva y por eso, la totalidad, gratuidad y permanencia que ofrece, son signos del Reino, también para este tiempo. Hablar de evangelización es hablar en muchos rincones de nuestro planeta de hombres y mujeres que lo han dejado todo por amor. En el seno de algunas iglesias locales esto no se debería olvidar por quien las preside… Pero, a la vez, los religiosos, signos de nueva evangelización, podríamos ofrecer más agradecimiento y menos lamentación por el don recibido.

índice
Hasta la cocina
, Daniel Izuzquiza
Mirada con lupa: “La reestructuración es para toda la Iglesia…” Entrevista a Josep Mª Abella,
Luis A. Gonzalo Díez
Vocaciones diversas, modos diversos de evangelizar, Luis González-Carvajal
Carlo Maria Martini. Padre de la Iglesia contemporánea y pontífice carismático, José Cristo Rey García
ADN de profetas, Marta García
Retiro: Más adentro en la espesura (Regla de los Monjes de la Resurrección), Fernando Negro
Bienaventurados los que creen, Aquilino Bocos
Haití, me ha descubierto la mirada tierna de Dios, Dina Sánchez
Misteriosa transparencia, José Cristo Rey García
«Proyecto Europa» Salesianos de Don Bosco. Reavivar la esperanza, renovar la vida e impulsar
el carisma, José Miguel Núñez
Nuestros jóvenes… ¿Cómo son…?, Gregorio Iriarte
“De bruces frente al misterio de la fe”, Miguel Ángel Moreno
El mes en titulares
Lectura recomendada
, Francisco J. Caballero
Regalarnos una tarde, Mariola López

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