viernes, 29 marzo, 2024

Pasión

Un día, todos los creyentes en Cristo habremos de hacer nuestra su última oración: “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu”. Esta oración es un testamento de pobreza y confianza. Sus palabras saben a sufrimiento, a abandono, a esperanza, a término, a principio, a amor extremo sellado con la muerte. Jesús nos las dejó como regalo añadido a la entrega de su vida. En esta oración todo sabe a amor de hijo.
Un día, eso esperamos, también nosotros entregaremos a Dios nuestra vida con palabras de hijos, con las palabras de su Hijo.

Print Friendly, PDF & Email
- Advertisment -
Artículo anterior
Artículo siguiente

DEBERÍAS LEER

Todo lo que no se da, se pierde

0
Hay un proverbio indio que dice que: “Todo lo que no se da, se pierde”. Recuerdo que se me quedó grabado hace unos años...

PROCRASTINAR

Domingo de corazones

Mira, cree, vive

Síguenos en Twitter


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies