viernes, 29 marzo, 2024

Número de VR marzo 2012

LA ESTÉTICA DE LA VEJEZ, Editorial
Conocemos análisis que afirman las razones que mueven el mundo y los corazones. Nos preocupa cuando sólo se valora a las personas por su juventud. Nos duele cómo el mundo se rompe entre los que tienen posibilidades y los que carecen de ellas; entre lo bello y lo feo. En un contexto de crisis generalizada, sigue siendo un motor económico importante la estética, el rejuvenecimiento y la sofisticación de los complementos. Definitivamente nuestro mundo «no es país para viejos».
La Iglesia y, en ella, la vida consagrada, ha cuidado siempre la mirada coherente y sincera de la vida. Ha buscado la verdad, que reside en el corazón, más allá de la apariencia. Su secreto consiste en ser posibilidad para todos, haciendo realidad la invitación a la comunidad para todas las edades.
Los que en un momento ofrecieron la vida a Dios se han ido haciendo mayores al calor de la historia. Hemos llegado a un tiempo en el cual, la vida consagrada, sobre todo en Europa, es anciana. Bien. Hasta ahí la constatación, ¿y?…
Es sorprendente, cómo desde la debilidad de la vida se puede sembrar el milagro de la gratuidad de Dios. Impresiona cómo estas mujeres y hombres mayores, los consagrados, son capaces de comprender el vértigo de la sociedad europea sin escandalizarse ni condenar… Cómo ancianos religiosos, siguen ofreciendo modelo de vida a jóvenes de «pantalón caído» o rostros sembrados de piercings. Religiosos y religiosas que, en su vejez, entienden perfectamente que la sociedad es plural y que Dios quiere al ser humano sin condiciones. Estoy completamente convencido de esa gracia evangélica con la que el Espíritu sostiene a su vida consagrada y la faculta para hacerse posible para todos los tiempos…
Sin embargo, no hace mucho un religioso, de edad avanzada, me decía sentirse dolido porque el magisterio de animación y corrección que recibía de su pastor consistía en la afirmación reiterada de que su comunidad era «un grupo de viejos». Y esto hiere más. ¿Se ha colado el valor de la «pura estética juvenil» en nuestras fronteras?
Resulta inquietante la multiplicación de contadores de «chismes eclesiales» que, casi diariamente, se encargan de jalear el final de la vida religiosa por los muchos años de sus miembros y además lo hacen «desde su coherencia de cristianos». El valor de sus argumentos se cae solo, pero no es justo el daño que pueden causar en la esperanza de quienes tienen que ser testimonio de la misma.
Nuestra portada es una escena de una leprosería de India. En ella, la hermana Visitación, misionera de María Mediadora, está rodeada de sus hermanos, los enfermos a los que donó su juventud. Llena de arrugas y gastada por el paso del tiempo, mantiene intacta la juventud del seguimiento, que esa no envejece. Nos llena de orgullo, saber, agradecer y comunicar que el mundo está sembrado de personas que, como Visi, han entendido perfectamente en qué consiste el valor de la juventud: gastarla sin medida a favor de los demás. La vejez de la vida consagrada no es otra cosa que ser posibilidad para que otros puedan ser jóvenes con esperanza. Y eso ni se compra, ni se vende. Se recibe de Dios.
Para que haya vida religiosa joven, como para que haya sacerdotes y laicos jóvenes, no hay que trabajar tanto el adorno, ni la estética, ni la apariencia… Las nuevas generaciones necesitan conocer los itinerarios de quienes han sabido ser jóvenes y, por tanto, envejecer con sentido y serenidad. En este caso, personas que integren que el nuevo siglo necesita caminos nuevos y el ayer es referencia, no patrón. Esa propuesta sí que es posible, creíble y contagiosa. Lo contrario, sólo nostalgias sin vida; sólo lamento.

Hasta la cocina, Daniel Izuzquiza
Esencia de la India, Fernando R. Miranda
«Por él lo perdí todo, con tal de ganar a Cristo» (Flp 3, 8), José Miguel Núñez
Materiales sobre el cansancio, Antonio S. Orantos
La cuaresma del seguimiento de Cristo, Bonifacio Fernández
Evangelizar en un cambio de cultura, Jesús Espeja
ADN de profetas, Marta García
Retiro: Los miedos que me habitan, Fernando Negro
Retablo de mujeres: María Magdalena, la mujer herida por Amor, Ángel Aparicio
¿Por qué muchos institutos no acaban de renovarse?, Gerardo Daniel Ramos
Misteriosa transparencia, José Cristo Rey García
El desafío de la animación vocacional, Equipo de pastoral infantil y juvenil vocacional Prov. claretiana de Santiago
Noticias
Regalarnos una tarde, Mariola López
Lectura recomendada,
Francisco J. Caballero

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